5.03.2007

Me copé esta vez

COPA LIBERTADORES
BOCA JUNIORS 3-0 VÉLEZ SARFIELD
Gran partido si los hay. Gran demostración de fútbol. Gran partido de un gran equipo.
No sé, no me salen palabras para describir en una oración lo que jugó Boca ayer. Ganó 3-0, está bien, pero mereció mucho más ante un pobre Vélez que demostró muy poco para sobrevivir en esta Copa Libertadores. Siendo un partido de ida, ya es bastante abultado, y no me pueden negar que invita a ya soñar.
Por empezar, el partido por el comienzo se dio algo cambiante. Vélez intentó atacar desde un principio pero sin profundidad, hasta que Boca, a los 9, abrió el marcador por Riquelme, quien aprovechó un excelente pase de Palermo, definiendo al segundo palo. Todo fue más o menos parejo, hasta que una jugada cambió la circunstancias del encuentro: el arquero Sessa, de Vélez, al saltar a recoger una pelota a media altura, levantó la pierna de manera imperdonable por lo que le aplicó una patada en la cara a Palacio, quien llegaba inocentemente a resignar la pelota. Roja y penal. Penal que Martín, contrariándose a la jugada del gol, pateó muy mal y desperdició la chance de que Boca ya se acomode en el primer tiempo.
Igualmente, esa tranquilidad no tardó mucho tiempo. La segunda mitad fue todo, pero absolutamente todo del Xeneize, que desde el primer minuto buscó ampliar diferencia. Siempre con Román a la cabeza, el local manejaba los hilos del partido y me animo a decir que tenía el control de la pelota durante todo el tiempo. Pero en fin, ese segundo gol lo encontró: centro desde afuera del área que es conectado por Palermo y éste termina cabeceándolo de forma genial al segundo palo, sin chances para el ingresado arquero Peratta. 2-0 y a otra cosa. En realidad, 3, ya que sobre el final, un pase brillante de Riquelme puso a Clemente en frente del arquero. Ahora sí, otra cosa.
Me queda una sensación de crónica algo pobre, sin mucho seguimiento. Es que también siento que no queda mucho más para decir. Es el típico partido que un equipo juega muy bien y el otro lo hace muy mal. Vamos con gran ventaja a Liniers, pero a no confiarse: son 90 minutos y lo son, hay que jugarlos. Mientras, saboreá la linda noche que se vivió en La Boca.